¡Por fin llegó el día! Después de interminables semanas planeando (y ahorrando) para el viaje de tus sueños, te montas en el avión que te llevará a ese destino exótico que tanto deseas conocer. Estás listo para unos días fantásticos, pero ¡oh, sorpresa! ocurre todo lo contrario: te pasas los primeros días de tus preciadas vacaciones cansado, malhumorado y sin ganas de hacer nada 🤦♀️.
Con semejantes síntomas, lo más probable es que tengas el temido jet lag o desfase horario, ¡pero tranquilo! A continuación te vamos a compartir unas pautas para que el jet lag no arruine tu próximo viaje o para que, si lo estás sufriendo ahora mismo, puedas decirle bye cuanto antes 🤜🤛.
Qué es y cuánto dura el jet lag
Si te decimos que el término "jet lag" tiene como sinónimos "síndrome de cambio rápido de zona horaria", "síndrome transoceánico", "síndrome de los husos horarios", "disritmia circadiana" y "descompensación horaria", seguramente te puedas hacer una buena idea de qué implica.
Muchas de las funciones de nuestro cuerpo se dan de forma cíclica, como si estuvieran reguladas por relojes de 24 horas. Una de ellas es el sueño: cuando cae la noche, nuestro cerebro entiende que es momento de ir a dormir y, cuando asoman los primeros rayos de sol, entiende que es momento de despertar. Es el proceso conocido como ritmo circadiano del sueño.
El jet lag se produce cuando este ritmo interno que tenemos de 24 horas se ve alterado y ya no coincide con el día y la noche del lugar en el que estamos. Entonces, nuestro cuerpo necesita un tiempo para reajustar ese reloj y adecuarlo al nuevo huso horario. Mientras lo hace, no tendrá sueño cuando sea de noche si hemos viajado hacia el este y tendrá sueño durante el día si hemos viajado hasta el oeste. Y también sufrirá de otros síntomas como fatiga general, confusión mental y problemas de memoria, mal humor o problemas estomacales.
También es importante saber que el jet lag suele ser más duro cuando viajamos al oeste porque al cuerpo le cuesta más adelantar su horario que retrasarlo (le cuesta más acortar sus ciclos que alargarlos).
Y, respecto a la duración... El jet lag puede durar 2 días, 6 días, 10 días... Hasta 1 día por cada zona horaria atravesada 😫. Pero, por favor, ¡que no cunda el pánico! Todavía estás a tiempo de salvar tus vacaciones si sigues los tips que te damos a continuación.
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Cómo evitar el jet lag y cómo solucionarlo si ya lo tenemos
Ya sabes lo que dice el refrán, ¡más vale prevenir que curar! Por eso, si vas a hacer un viaje largo, toma estas medidas:
- Intenta iniciar tu viaje fresco, bien descansado e hidratado. Si es posible, también convendría que en los días previos al vuelo fueras adoptando los horarios de tu lugar de destino.
- Evita bebidas alcohólicas y cafeína antes y durante tu vuelo.
- Cambia la hora de tu reloj y demás dispositivos durante el vuelo.
- Adáptate al ciclo luz-oscuridad de tu destino: si es de día, exponte al sol o a la luz artificial lo más que puedas e intenta no dormirte hasta que llegue la noche; si es de noche, mantente a oscuras y procura dormirte.
Y, si ya estás sufriendo el jet lag, puedes recurrir a la ayuda de la cafeína para mantenerte despierto si te puede el sueño durante el día y a los suplementos de melatonina si no puedes conciliar el sueño por la noche. Eso sí, estas medidas no se deberían mantener en el tiempo (solo se deberían usar para facilitar la adaptación puntualmente) y, en el caso de la melatonina, te recomendamos consultar a tu médico antes de comenzar a tomar.
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Cómo dormir bien de viaje o fuera de casa
El jet lag no es el único enemigo de nuestro descanso cuando estamos de vacaciones. Muchas veces, nos resulta difícil adaptarnos a una nueva cama y a una nueva habitación y, en consecuencia, no dormimos bien o nos cuesta conciliar el sueño.
Tenemos unos tips rápidos para ti:
- Llévate a las vacaciones algo que te haga sentir en casa. Puede ser un peluche, un aroma ¡o una almohada! Todo depende de adónde vayas y del espacio con el que cuentes. Esto hará sentir a tu cerebro que está fuera de peligro, que está en un lugar seguro, que puedes dormir tranquilo.
- Si vas a intentar dormir un buen rato en el coche, en el avión, en el tren... ¡No olvides una almohada! Tu cuello te lo agradecerá y llegarás como debe ser a tu destino.
