Dormir nos encanta y es esencial para nuestro bienestar físico y mental, pero no deja de ser una de las muuuchas maneras de descansar que existen y que también deberíamos incorporar a nuestra rutina. Te damos ejemplos: leer, escuchar música, hacer ejercicio, salir a caminar por la naturaleza, meditar… ¡Todas son actividades que nos relajan y que deberían tener ya tener un espacio en nuestra agenda! 📝
Y hoy te vamos a hablar de una de nuestras prácticas favoritas para descansar más y mejor, la meditación mindfulness, que se ha puesto super de moda, pero que todavía impone a mucha gente. Impone porque existen mitos que dicen que para meditar hay que dejar la mente en blanco, entrar en trance o tener ciertas creencias religiosas. ¡Pero nada más lejos de la realidad! 🙆 Consiste, simplemente, en observar, y en disfrutar haciéndolo.
A continuación te compartimos algunas formas de meditación fácil que tienes que probar:
Meditar en la cama antes de levantarte
De forma automática, lo primero que muchos hacemos al despertarnos es coger el móvil y ojearlo... ¡Intenta no hacerlo! En su lugar, quédate tumbado en la cama por un par de minutos, abre los brazos, disfruta de la suavidad de las sábanas y haz varias respiraciones profundas mientras agradeces por un nuevo día. Si lo conviertes en un hábito, te garantizamos que marcará la diferencia.
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Meditar mientras comes o te lavas
Como te comentamos, la meditación se trata de disfrutar observando, y se puede hacer en cualquier momento... ¡Hasta cuando te estás lavando los dientes! Concéntrate en la forma en que masajeas, con el cepillo, dientes, encías y lengua; siente el sabor y el frescor de la pasta, y cómo el agua recorre tu boca al enjuagarte... Puede sonar algo raro ¡pero te ayudará a relajarte y, por tanto a descansar!
Y puedes practicar esta consciencia plena, o mindfulness, con otras muchas actividades del día a día, como al comer o al vestirte. ¡Romantiza tu vida! 😉
Meditar observando la naturaleza
La naturaleza tiene un poder único para calmar nuestro cuerpo y nuestra mente. Es increíble el cambio que se produce cuando, por ejemplo, estamos superestresados y nos vamos a dar una caminata por el campo... ¡En unos minutos nos sentimos mucho más relajados!
Pero no creas que para disfrutar de los beneficios calmantes de la naturaleza tienes que salir de la ciudad, ¡para nada! Basta con que observes un árbol, una flor o un pajarillo cantar. Busca pequeñas muestras de naturaleza a tu alrededor y disfruta observándolas, apreciando sus colores, sus formas, sus sonidos si los emiten. Si tienes la suerte de tener una mascota, acaríciala y olvídate del mundo mientras lo haces. Te sorprenderá ver cómo te sientes después.
Meditar haciendo ejercicio
Al mover nuestro cuerpo obtenemos innumerables beneficios. Por ejemplo, segregamos hormonas de la felicidad, fortalecemos nuestros músculos y cuidamos de nuestro sistema cardiovascular. Pero, mientras nos ejercitamos, también podemos aprovechar para llenarnos de paz.
Lleva tu atención al sonido de tus zapatillas mientras corres, a los golpes del agua sobre tu cuerpo mientras nadas, a la forma en que tus músculos se mueven mientras realizas un estiramiento... ¡Baila sin pensar en nada más!
Meditar con lápiz y papel
Toma un lápiz y un papel y comienza a descargar todo lo que te venga a la cabeza. Escribe sin fijarte en la gramática ni en la ortografía, dibuja sin exigirte unos resultados dignos de Picasso...
Abstraerse del ajetreo del día y concentrarse en plasmar sobre una hoja lo que pasa por la mente tiene un poder terapéutico increíble 😎.