¿Cuál es la mejor temperatura para dormir?

Estamos seguros de que alguna vez te has preguntado cual es la mejor temperatura para dormir y es que cuando estamos en temperaturas extremas, ya sea mucho calor o mucho frío, dormimos peor.

Por eso, hoy te vamos a resolver esa duda.

¿Cuál es la temperatura ideal para dormir?

Según los expertos en sueño, la temperatura ideal para dormir se sitúa entre 18 y 22 grados Celsius. Mantener el ambiente fresco en esta franja ayuda a regular la temperatura corporal durante el sueño, lo que favorece un descanso más profundo y reparador.

Si la temperatura es demasiado alta, es probable que estés más incómodo, incluso sudes, lo que interfiere con el sueño. Por el contrario, si es demasiado baja, podrías tener dificultades para relajarte o despertarte por el frío.

Factores como la preferencia personal, el tipo de ropa de cama o la humedad también pueden influir, pero en general, ese rango es el más recomendado para la mayoría de las personas.

¿Cómo afecta la temperatura del ambiente a la calidad del sueño?

La temperatura de tu habitación juega un papel crucial en la calidad del sueño porque influye directamente en los procesos biológicos del cuerpo, especialmente en la regulación de la temperatura corporal, que es esencial para iniciar y mantener el sueño. Aquí te dejamos algunos efectos clave:

  1. Regulación de la temperatura corporal: Durante el sueño, la temperatura interna del cuerpo tiende a bajar de manera natural, lo que ayuda a iniciar el proceso de sueño. Un ambiente que esté demasiado caliente o frío puede alterar esta disminución, dificultando el proceso de conciliar el sueño o mantenerse dormido.

  2. Interrupciones del sueño:

    • Ambiente cálido: Si la habitación es demasiado caliente (por encima de 24°C), es probable que te despiertes con más frecuencia, tengas sueño más ligero y sudoración, lo que provoca incomodidad. También puede aumentar el riesgo de tener sueños inquietos o pesadillas.
    • Ambiente frío: Si hace demasiado frío (por debajo de 12°C), el cuerpo trabaja más para mantenerse caliente, lo que puede llevar a microdespertares y afectar las fases más profundas del sueño, como el sueño de ondas lentas y el REM, necesarios para el descanso y la recuperación.
  3. Ciclo circadiano: El ciclo circadiano, que regula el ritmo del sueño y la vigilia, está vinculado a los cambios en la temperatura corporal. Un entorno fresco favorece este ciclo natural, promoviendo un sueño más profundo y reparador. Cuando el ambiente no está alineado con las necesidades corporales, este ciclo se desajusta.

¿Qué puedo hacer si no puedo controlar la temperatura de mi habitación?

Si no puedes controlar la temperatura de tu habitación, hay varias estrategias que puedes adoptar para mejorar tu confort y asegurar un mejor descanso:

1. Ropa de cama adecuada

  • Para el calor: Usa sábanas y fundas de almohada de algodón ligero, lino o materiales transpirables que permitan la circulación del aire. Evita los tejidos sintéticos, que tienden a retener el calor. Nosotros te recomendamos que te hagas con un nórdico de verano como nuestro relleno nórdico Samba.

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  • Para el frío: Elige ropa de cama de materiales más gruesos como el poliéster o el vellón, y usa mantas adicionales de lana o materiales térmicos. También puedes optar por edredones o cobijas con mayor capacidad de aislamiento térmico. Nosotros te recomendamos que te hagas con un nórdico de invierno como nuestro relleno nórdico Pop.

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2. Ropa para dormir

  • Para el calor: Usa pijamas ligeros o incluso considera dormir con lo mínimo o desnudo, lo que permite que el cuerpo regule su temperatura sin restricciones.
  • Para el frío: Usa pijamas de franela o lana suave, calcetines y, si es necesario, una gorra ligera para retener el calor corporal, especialmente en invierno.

3. Ventilación

  • Calor: Aunque no puedas controlar la temperatura general de la habitación, puedes intentar mejorar la ventilación abriendo ventanas, colocando un ventilador o dirigiendo el aire hacia ti para crear circulación. Esto ayudará a disipar el calor y a refrescar el aire.
  • Frío: Evita corrientes de aire que puedan enfriar más la habitación. Si hay ventanas con corrientes de aire, asegúrate de sellarlas o cubrirlas con cortinas más gruesas.

¿Existen dispositivos que ayuden a regular la temperatura para dormir mejor?

Sí, existen varias opciones de productos diseñados para regular la temperatura y mejorar la calidad del sueño, como colchones termorreguladores, que ayudan a regular la temperatura corporal, protectores y fundas de colchón termorreguladoras, y sistemas de climatización como ventiladores o calefactores. 

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¿Dormir en un ambiente fresco mejora la calidad del sueño?

Sí, dormir en un ambiente fresco mejora significativamente la calidad del sueño. Esto se debe a varios factores fisiológicos y ambientales que están directamente relacionados con la temperatura y cómo esta afecta al cuerpo durante el descanso. A continuación, te explico cómo un ambiente fresco beneficia el sueño:

1. Mejora la regulación de la temperatura corporal

El cuerpo experimenta una disminución natural de la temperatura durante el sueño, particularmente en las primeras fases del ciclo. Un ambiente fresco ayuda a facilitar este proceso, permitiendo que el cuerpo se relaje y entre en las fases más profundas del sueño más rápidamente. Si la habitación está demasiado caliente, el cuerpo lucha por disipar el calor, lo que puede retrasar el inicio del sueño.

2. Favorece las fases de sueño profundo

Mantener una temperatura adecuada entre 15 y 19°C favorece la entrada en las fases de sueño profundo (sueño de ondas lentas) y sueño REM (sueño con movimientos oculares rápidos). Estas son las fases más restauradoras del ciclo de sueño, donde el cuerpo se recupera físicamente y el cerebro procesa información y consolida la memoria. Un ambiente demasiado cálido puede reducir el tiempo que pasas en estas fases, afectando la calidad general del descanso.

3. Reduce los despertares nocturnos

Dormir en una habitación demasiado caliente puede causar sudoración, incomodidad y despertares frecuentes. Esto no solo interrumpe el descanso, sino que también puede hacer que te sientas más fatigado al día siguiente. En contraste, un ambiente fresco minimiza las interrupciones y promueve un sueño más continuo.

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